
Creo que mi abuelo materno me tenía miedo. "Agarren a esa bruja", decía, haciéndose el valiente. Él murió primero. Mi abuelo paterno, conocedor de plantas y de usos insólitos para las piedritas de hormiguero, ordenaba también: "átale el cabello a esa niña". Murió un 12 de julio, durante el cumpleaños de su primogénito, mi padre, quien en una ocasión hirió a una bruja de muerte y permaneció incrédulo. Mi abuela, Rebeca también, obediente también, viva hoy también, ataba mi cabello con fibras de plantas y pequeños alambres, momentáneamente.
Yo prefiero decir: Me agarra la bruja...
ResponderEliminarBueno, a ti te gustan las bujas.
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