
Un mapa (asiático)oriental del Antiguo Egipto
Ayer en el tren un hombre gritaba muy enojado. ¿Que qué tiene esto de raro? Nada, ciertamente. Lo interesante era, para variar, el contenido de lo que decía. Para variar, también, estaba codificado en un idioma que más o menos conozco. Para variar también, fui capaz de decodificar fonética(o fonológica-)mente el mensaje:
La versión españolmexicano sería más o menos la siguiente:
¿Dónde carajos en la Biblia se menciona, puta madre (puto padre), a Africa? ¿Quién me puede decir, a ver? ¡Egipto, señores, E-g-y-p-t, Egipto... ! ¡Por Jahvé (porque la palbra "Dios" designa a al dios católico en españolmexicano) que yo no soy ningún african-american! Yo soy Egipcio-americano aunque les cague. Y a mí no me van a mandar a ninguna guerra (sic).
La comunidad afroamericana, que era mayoría en el tren, se sulfuró bastante. Empezaron a emitir profundas notas guturales que llenaron el carro de resonancias parecidas a las de esos órganos fósiles empotrados en las catedrales. Los caucásicos se pusieron más caucásicos y le pidieron a God (Dios teutón con apariencia de vikingo pero enfundado en una bata estilo Hugh Hefner) llegar pronto a la próxima estación. Yo me topé con la mirada de un muchacho de unos 19 o 20 años, con algo de latino en las facciones y algo de (medio)oriental en los ojos. Y ambos sonreímos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario